Introducción Histórica
Los primeros pobladores de estas tierras fueron tribus de cántabros y vadinienses entre otras y, aún hoy, existen huellas de reductos históricos y restos del Castro de Bérgida, situado sobre la entrada del Valle de San Pelayo. Crónicas romanas (Ptolomeo y Plinio) dan fe de la bravura y sentido de la independencia de estas gentes.
En el siglo VIII, cuando se produce la invasión árabe, las tropas sarracenas van a chocar contra los Picos de Europa. La lucha de Pelayo y los suyos viene a reproducir la resistencia de los cántabros contra Roma.
A la batalla inicial de la Reconquista en Covadonga, hubo batallas menores en Pontón (antes Pontubio). En este lugar erigió el rey don Fruela la ermita de Pontón en memoria de éstas. A su lado existió siempre una hospedería, atendida por un ermitaño o casero.
Merindad de Valdeburón
A partir del siglo IX aparecen agrupados los concejos de Burón, Alión (hoy Salamón), Maraña, Sajambre y Valdeón; viviendo vida autónoma, democrática y con independencia absoluta y obediencia al rey bajo la denominación de Merindad de Valdeburón, dirigida y administrada por un merino - reminiscencia goda - de elección popular; hombre que gozada de criterio general y tenía a su cargo la administración de justicia.
Tuvo la Merindad ejército propio y se celebraban asambleas en la hospedería de Pontón, por ser el centro geográfico de los concejos. Son narradas las hazañas de los soldados en la batalla del Salado en ayuda del rey Alfonso IX y en la Guerra de los Comuneros luchando contra los Imperiales.
En la Merindad figuraron hombres de gran relieve, entre ellos Don Toribio González y Don Alonso Goméz de Caso, de abolengo señorial, casado con Doña Marina Salinas de Cisneros. Don Alonso Gómez tenía emblemas de seis escudos. Prestó auxilio a la villa santanderina de Laredo, cuando se vio amenazada por los franceses en 1639.
Quizás, el concejo más antiguo de la Federación haya sido Burón, llamado primitivamente Buradón. Así reza en dos lápidas existentes en el Museo Provincial de León que datan del siglo primero, las cuales fueron halladas en el Valle de San Pelayo en cuyo lugar, hubo poblado y templo. En aquel contorno hizo vida eremita San Pelayo, obispo que fue de León.